viernes, 26 de noviembre de 2010

Solsticio - Capítulo Dos.

                                                    
Capitulo Dos
¿Eternidad Abierta o Muerte tal vez cerca?
(Bella.)

– Bella, trata ya de no pensar más en eso ¿Quieres? Partiremos al amanecer y todo volverá a salir bien, como la vez pasada. – Me habló con esa voz aterciopelada, tratando de sacarme de mis pensamientos.
– Edward, pero ¿Por qué tan pronto vuelven a molestarnos? Ya sabía que iban a regresar, pero no lo espere tan pronto.
– Bella, recuerda que ellos no tienen oportunidad con cierta persona que usa su escudo para repeler ciertos ataques ofensivos. – Esbozando su sonrisa y terminando de articular la última palabra, su boca conquisto la mía con tal calor que me recordó a Jacob cuando me tocaba, cuando en un pasado ya algo lejano dentro de mi cabeza lograba ver atisbos y recuerdos de esas sensaciones.
Después de esto nada había cambiado, Edward me amaba igual que yo a él, Reneesme había dejado de crecer y se había convertido en una bella y atractiva mujer.
Estaba apunto de amanecer y yo seguía recostada sobre el pétreo y perfecto pecho de mi marido.
– Bien, es hora de ver que horrores siguen estando en el armario “pequeño” – Claro que al decir pequeño me equivocaba.
Enseguida nos vestimos y nos pusimos en marcha hacia la casa grande, no nos preocupamos por Nessie por que ella hacia rato que se había marchado junto con Jake.
– Bella, amor tranquilízate. Todo saldrá bien de nuevo. – Me hablo tratando de inyectarme una pizca de esperanza.
– Edward, ya se que todo saldrá bien, pero no puedo imaginar a mi familia incompleta. Me da miedo pensar que tal vez perderé a algún miembro de la familia. ¡Los Vulturis ahora si vienen a tomar venganza! ¿Como quieres que me sienta? – Habiendo terminado de articular palabra me espeto.
Se que todo saldrá bien. Ya llegamos.
Yo, que todavía seguía apaciguada en mis pensamientos, me sorprendí al ver la casa blanca tan llena de gente. Pareciera como si nos hubieran estado esperando todos, Al ver como estaban siguiéndonos con las miradas expectantes.
Una voz hosca rompió aquel silencio sepulcral.
– Hola, Bella ¿Dónde esta Nessie? – La voz de Zafrina sin duda.
– Se fue con Jacob desde muy temprano ¿Pero que hacen todos aquí si apenas íbamos a ir a buscarlos?
– Las palabras vuelan y llegan muy rápidas a los oídos de los implicados. – Termino Zafrina.
– ¿Cuanto tardaran en llegar esas alimañas, Carlisle? – Dijo Kate contrariada.
– Alice opina que dentro de tres días más o menos... – Carlisle contesto con su cortesía tan característica de él.
– Bueno pues es hora de empezar a planear el contraataque ¿no lo creen? – Comentó Stefan con gran júbilo.
– Nunca creí decir esto Stefan, pero te apoyo con lo que dices. – Al terminar de decir esto me encontré con muchas miradas de asombro – ¿Donde se habrán metido Nessie y Jake? ¡Ya me están preocupando, Alice! ¿Podrías hacerme el favor…?
– ¿Estas bromeando o que te pasa? Desde el nacimiento de Nessie mi don no ha tenido ningún avance respecto a ella. Solo si se considera que disminuyeron las jaquecas ¡Me exiges que intente ver a las únicas dos personas a las que no puedo distinguir!
Nessie, no le puedes hacer eso a tu madre. Irrumpió una voz muy familiar, Emmett sin duda.
Por increíble que pareciera, Emmett se había vuelto un tío muy responsable con Nessie desde su nacimiento. ¡Emmett! Cada vez que lo pienso no lo creo. Y simplemente, cuando me volteé a mirarla...
Era tan hermosa. Me atrevería a decir que aun mas hermosa que su tía Rosalie.
Sus facciones perfectas, parecían como si las hubieran hecho con cincel, su hermoso pelo rizado color broncíneo, sus ojos color chocolate. Era perfecta de Principio a fin.
Mama, dile a mi tío Emmett que ya no me regañe. No fue nada malo. Me pidió con dulzura.
Nessie, dile a tu tía la Barbie lo que viste. Le espetó Jake, que seguía creciendo, aunque esos cambios se notaban poco. Las peleas entre Jake y Rose seguían, pero ahora simplemente lo hacían por diversión.
Era todo lo que podía desear. Una familia perfecta, una vida perfecta, amigos perfectos. Un esposo maravilloso. ¿Que mas podía anhelar? Pero siempre tenía que haber algo que no fuera perfecto, toda esa perfección estaba por acabar ahora. Si la lucha era inevitable, las perdidas también lo serian.

– Bella, ¿Estas bien? Kate quiere que le muestres cuanto has avanzado con tu escudo Casi me lo suplico Edward.
Sin pensarlo dos veces, extendí mi escudo por toda la estancia, protegiendo a todos sin esfuerzo alguno.
Kate intento usar su don con Eleazar, que era el más lejano junto con Jasper, y no paso absolutamente nada.
Me sorprendes, Bella. Has avanzado mucho. Comentaron Eleazar y Carmen al mismo tiempo. Era difícil decirlo, pero la muerte de Irina los sintonizo más.
Bueno creo que hoy simplemente será para contarnos que ha hecho cada quien desde aquel día, así que es mejor relajarse. Jasper con el tiempo se había vuelto muy relajado, a veces me daba la impresión que ya no se sentía un vampiro que se preguntaba si el significado de que estuviera vivo estaba mal.
Todo era perfecto. En la estancia reinaba un clima relajante
¿Era bueno eso no?
Mañana será un día duro ¿verdad? Le pregunté a Edward, dejando que entrara en mi mente.
Así lo parece.
Él era tan perfecto. Lo amaba hasta la locura. Él y Reneesme eran toda mi vida, ellos significaban todo para mí. Los amaba mucho y eso nunca cambiaría. Tengo la esperanza de que la puerta de la eternidad siga abierta para nosotros…





viernes, 13 de agosto de 2010

Sosticio - Capítulo Uno.

Prefacio

La ira me consumía, ahora más que nunca. Todo este tiempo había deseado disfrutar la posibilidad de tenerlos entre mis manos, y destruirlos a todos. Aunque claro, esa no era la mejor de mis opciones, porque si había algo que deseaba de mi viejo amigo, eso era sus hijos, y sus brillantes talentos.

Capitulo Uno
Ilusiones
(Aro).

No sabía si esto era lo correcto. Mis hermanos estaban molestos. Bueno, mejor dicho, mi hermano Cayo era el único que lo estaba, ya que después de tanto tiempo juntos, el que tenía la decisión final era yo.

– Mi querido maestro, han pasado ya casi ocho años desde que fuimos a ver lo que estaba pasando en Forks, y de que regresamos por decirlo de alguna manera, “apaleados”.

– Sí, mi querida Jane. Lo sé, pero ¿Que podemos hacer si ese día los Cullen prepararon un plan para que los escucháramos e impartiéramos justicia? Codicio todos los dones que Carlisle tiene a su servicio.
– Lo sé, maestro. – Lo dijo con una nota de veneno en su voz.
– Creo que tendré que hablar con mis hermanos de esto. Desde ese día, no hemos tenido incidente alguno y todo se ha hecho muy aburrido.
– ¿Quiere que llame al señor Marco y el señor Cayo? – Preguntó.
– Oh, desde luego querida Jane, hazlo por favor. Diles que se dirijan a la torreta.
– Si, maestro. – Contestó obediente.

Oh, Jane... Tus servicios son incondicionales y tu lealtad es mucha, pero la verdad, solo te valoro por tu don. Simplemente por eso, y quiero venganza, ahora que se han unido fuerzas nuevas a nuestros servicios.
Pero es mi querido amigo, y no desearía que se despilfarraran esos dones tan buenos que hay entre los integrantes de su familia, cuando los destruya.
Pronto me dirigí hacia la torreta en donde ya me estaban esperando mis hermanos junto con Alec y Jane.

– Aro, ¿Cuál es el motivo por el que nos hiciste llamar? – Me cuestionó Cayo.
– Sea cual sea, de seguro será aburrido. – Dijo Marco con extremo tedio, gesto tan propio de él.
– Mis hermanos... los he mandado llamar por que llego la hora de que nuestra ofensa sea vengada. Lo que Carlisle y su familia nos hicieron es imperdonable.
– Dije sonando muy cortante.
– ¡Hermano! ¿Y por que ese cambio tan repentino? – Dijo Cayo con sumo interés.
– Bueno, pues es hora de que los Vulturis se vuelvan a ganar el respeto que se merecen. – Comenté en un tono que demostraba que éramos la realeza de nuestra especie.
– Bien dicho, hermano. Perfecto. Jane, prepara a toda la guardia. –Exclamó lleno de júbilo.
– No, hermano. – Le previne. – Todavía no es tiempo. Nada debe ser muy apresurado. Si algo he aprendido de todo esto, es que nuestras maniobras ya las conocen bien, y saben como pensamos. Hay que prepararlo todo, y necesitamos tiempo.
– También recuerda que nuestras decisiones están siendo vigiladas por Alice. – Comentó Marco sin ningún tono en especial.
– Lo tengo muy presente, hermano. Muy presente. Y la verdad no me interesa, ya que nunca tendremos el factor sorpresa mientras ellos tengan ese don tan especial entre sus fuerzas. – Le respondí algo nostálgico, ya que no había algo que deseara tanto como tener ese don dentro de mi prodigiosa guardia.

– Entonces, ¿Cuando partiremos hermano? – Me cuestionó Cayo.
– Alec, avísale a Félix que comience a alistar a la guardia. En tres días partimos. – Le espeté, para luego continuar. – ¿Eso responde tu pregunta mi singular y curioso hermano?
– Sí, hermano. Muchas gracias, llego la hora de terminar lo que hace ya casi ocho años que hemos comenzado. – Hablo entusiasmado.
Después de esa conversación, los tres días restantes se pasaron rápidamente.
A mi hermano Cayo le había cambiado completamente el humor, claro que no podía decir lo mismo de mi hermano Marco. Siempre tan aburrido desde que de alguna extraña manera murió mi hermana Dydime.
Ya me dirigía al vestíbulo de la torreta cuando escuché a mi hermano Cayo decirle palabras muy llenas de ánimos y entusiasmo. Me llevé una gran sorpresa al escuchar eso.

– Llego la hora y el tiempo de que los Vulturis se hagan notar de nuevo Debemos corregir lo corregible, renovar lo renovable y destruir las prácticas que deben ser erradicadas.
– Bravo hermano, hermosas palabras. Eso me hace pensar que te gusto mucho la decisión que tomé al iniciar la venganza contra de los Cullen. – Le espete con suavidad.
– Demetri, yo pienso que deberías de empezar a buscar el rastro de Edward desde este momento. – Se precipitó a decir Marco siguiendo de nuevo sin entusiasmo y aburrido.

Como quisiera poder tener el don de ver el futuro, para poder saber que rumbo tomara mi  decisión, pensé.

El viaje que emprendimos hacia Forks fue silencioso entre toda la guardia, hasta que de pronto, apunto de llegar a México, Cayo rompió el silencio.
– ¿Sabes quien pienso que podía ser un obstáculo grande y tardado? Bella Cullen, ese escudo. – Habló con avidez.
– Es cierto, desde que la vi en el prado aquel, me surgió la curiosidad de saber si su escudo solamente será mental o también podría ser físico,  como el mío.

Me sorprendió escuchar la voz de Renata, a quien hace tiempo que tenía sin oír participar en algún debate de la guardia.
–Tengo la ilusión de que esta vez la lucha si se dé para probar mi teoría. Ya veremos si Bella será tan hábil para detenerme en una mano a mano.
– ¡No te confíes mi querido Félix, han tenido tanto tiempo para entrenarla! Y tal vez ya se sepa defender un poco mejor.
– Félix, no te precipites, que esa es mía. Me debe varias ya.

– Tranquilos amigos, créanme que antes de llegar a Bella va a haber muchos protegiéndola, y mas si se volvieron a reunir toda esa rara conferencia. – Lo comente sin esperar respuesta alguna pero...

-En ese caso, ¿No cree que deberíamos de replantearnos el plan de batalla? Señor Aro
– Tal vez, pero eso lo discutiremos más tarde.
– Por lo pronto hay que limitarnos a cazar. Heidi, trae seis personas para los señores.
Me sorprendió tanto ver a Jane así. Cuando se lo proponía podía ser toda una líder.